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¿Sabías que algunas mujeres con depresión posparto pueden empezar a abusar de sustancias sin darse cuenta?

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La llegada de un bebé es una etapa de cambios profundos en el cuerpo, la mente y la vida familiar de una mujer. Sin embargo, no todas las madres viven este periodo con alegría constante: la depresión posparto es un trastorno del estado de ánimo que puede aparecer en los primeros meses tras el parto y afectar seriamente la salud emocional y el vínculo con el recién nacido. En este contexto, algunas mujeres pueden llegar a utilizar alcohol, fármacos o ansiolíticos como una forma de “anestesiar” lo que sienten, lo que aumenta el riesgo de abuso de sustancias.​


Cuando la maternidad también duele

Durante el posparto, las variaciones hormonales, el cansancio extremo, la falta de sueño y la presión social por “ser buena madre” pueden desencadenar tristeza persistente, irritabilidad, ansiedad o sensación de incapacidad. Estos síntomas van más allá del “baby blues” pasajero y requieren atención cuando interfieren con el cuidado del bebé o con la vida diaria.​

Ante este malestar, algunas mujeres recurren a medicamentos sin supervisión o al consumo frecuente de alcohol, buscando alivio inmediato. El problema es que este patrón puede evolucionar a abuso, aumentando el riesgo de dependencia y afectando la salud física, la lactancia y la dinámica familiar.​


Culpa, silencio y automedicación

La depresión posparto sigue rodeada de estigmas: muchas madres sienten culpa por no “disfrutar” la maternidad como se espera socialmente. Ese silencio favorece la automedicación y el consumo oculto, lo que retrasa el diagnóstico y la intervención oportuna.​

Estudios han mostrado una relación significativa entre depresión posparto y consumo problemático de alcohol, especialmente en mujeres jóvenes, lo que subraya la importancia de vigilar ambos problemas de forma conjunta. Ver el abuso de sustancias como una consecuencia posible de un trastorno emocional, y no como un “defecto de carácter”, es clave para acercarse a la mujer con empatía y apoyo.​


La familia como primer detector

En muchos casos, quien primero nota que algo anda mal no es la paciente, sino su entorno cercano. Es importante que la pareja, la madre, hermanas o amigas estén atentas a señales como:​

  • Tristeza o irritabilidad persistente, más allá de las primeras semanas.

  • Aislamiento, desinterés por el bebé o actividades que antes disfrutaba.

  • Uso creciente de medicamentos, alcohol o “pretextos” para consumir.

  • Dificultad importante para dormir, concentrarse o cumplir tareas cotidianas.

En lugar de confrontarla con reproches, se recomienda escuchar sin juzgar y sugerir la visita a un profesional en salud mental o gineco-obstetricia con experiencia en depresión perinatal y consumo de sustancias.​


Tratamiento ambulatorio: cuidar sin separar

No todos los casos de abuso de sustancias requieren internamiento. En México, existen modelos ambulatorios y a domicilio que permiten recibir terapia especializada mientras la paciente sigue con su vida diaria, lo que resulta especialmente valioso en mujeres en etapa posparto. Estos enfoques priorizan la detección temprana, la intervención breve y el acompañamiento familiar para evitar que el abuso avance a una adicción establecida.​


Un ejemplo es el Grupo Terapéutico Carmen Piña, que ofrece tratamiento profesional para abuso de sustancias y otros problemas de salud mental sin internamiento, trabajando con un equipo interdisciplinario que incluye psicólogos, psiquiatra, terapeutas y consejeros clínicos. Su modelo ambulatorio permite brindar sesiones presenciales y virtuales, así como un programa de “home care” híbrido que se adapta a las necesidades de cada paciente y de su familia, manteniendo la atención desde la comodidad del hogar u oficina.​

Este tipo de alternativas permiten que la madre continúe con su rol en casa y en el trabajo, sin abandonar el cuidado de su bebé ni sus responsabilidades cotidianas, mientras recibe apoyo terapéutico estructurado para manejar la depresión posparto y el abuso de sustancias de manera segura. A diferencia de muchos centros de internamiento y anexos no regulados, donde se maneja un solo modelo para numerosos usuarios y existe riesgo de trato despersonalizado, el abordaje de Carmen Piña es personalizado, integral y ético, minimizando la exposición a ambientes inseguros y evitando internamientos innecesarios que pueden agravar la culpa, el estigma y la ruptura del vínculo familiar.


¿Dónde buscar ayuda si sospechas depresión posparto o abuso de sustancias?

Si identificas varias de estas señales en ti o en alguien cercano, es momento de pedir ayuda. Estos recursos pueden ser un primer paso:

  • Ginecología y salud mental perinatal

    Consulta con tu ginecóloga(o) o médico familiar y comenta abiertamente tus emociones, cambios en el sueño, apetito y consumo de sustancias. Pueden canalizarte con psiquiatría o psicología perinatal para valorar depresión posparto y definir el mejor tratamiento.​

  • Centros públicos especializados en adicciones

    En México existen Centros de Atención Primaria en Adicciones (CAPA) y otros servicios ambulatorios gratuitos que ofrecen prevención, tratamiento breve y apoyo familiar para uso y abuso de sustancias. Son una opción accesible para iniciar un proceso de acompañamiento profesional.​

  • Modelos ambulatorios privados

    Instituciones como el Grupo Terapéutico Carmen Piña cuentan con equipos profesionales que trabajan con pacientes y familias desde casa, con foco en abuso de sustancias sin internamiento y terapia a domicilio, manteniendo la discreción y continuidad de la vida cotidiana.​

Recordar que la depresión posparto y el abuso de sustancias son problemas de salud tratables ayuda a disminuir la culpa y a abrir la puerta al acompañamiento. Buscar ayuda a tiempo es un acto de cuidado hacia ti, hacia tu bebé y hacia toda tu familia.

 
 
 

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